Trabajadores de Amazon en almacén de Nueva York votan por sindicalizarse en histórica victoria laboral
La decisión marca un hito para Amazon, uno de los mayores empleadores privados del mundo, que ha conseguido mantener a los sindicatos fuera de sus operaciones en EEUU durante más de un cuarto de siglo.
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Los trabajadores de Amazon que se desempeñan en un almacén de Nueva York votaron a favor de unirse a un nuevo sindicato, una histórica victoria que da a los empleados organizados su primer punto de apoyo en las operaciones de la compañía en Estados Unidos y podría animar a los trabajadores de otros empleadores.
La elección en el centro de cumplimiento JFK8 de Amazon en Staten Island no estuvo reñida, ya que el Sindicato de Trabajadores de Amazon (UAL, sigla en inglés) obtuvo 2.654 votos a favor frente a 2.131 votos en contra. Tras firmar los resultados de las elecciones, el fundador de STA, Christian Smalls, aplaudió, señaló con los dedos al cielo y levantó el puño en señal de triunfo.
La victoria es un momento decisivo para Amazon. La empresa con sede en Seattle ha conseguido mantener a los sindicatos fuera de sus operaciones en Estados Unidos durante más de un cuarto de siglo. A menos que la empresa consiga anular el resultado, Amazon tendrá que iniciar negociaciones contractuales que podrían obstaculizar su capacidad para ajustar los requisitos de trabajo y la programación sobre la marcha. La empresa tiene hasta el 8 de abril para impugnar los resultados.
"¡Bueno, ya está! Bienvenido el primer sindicato de Amazon en Estados Unidos", tuiteó Smalls cuando se conocieron los resultados.
Larga batalla legal
Con fondos limitados, el líder laboral empleó tácticas poco convencionales: tuiteó fotos de consultores de Amazon que consideraba "rompesindicatos", animó a los empleados a interrumpir las reuniones antisindicales de la empresa dentro del almacén y repartió literatura en el estacionamiento de las instalaciones.
Smalls tendrá una segunda oportunidad de ampliar su victoria el 25 de abril, cuando los trabajadores de otra instalación de Amazon en Staten Island empiecen a votar si se unen o no a UAL. Mientras tanto, Smalls espera forzar las elecciones en otras dos instalaciones de Amazon en el distrito de Nueva York.
A través de un comunicado Amazon señaló que podría haber una larga batalla legal por delante. La empresa dijo que está evaluando sus opciones, “incluidas las objeciones basadas en la influencia inapropiada e indebida de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, sigla en inglés)" que Amazon y algunos grupos empresariales habían observado.
Uno de los grupos de la industria que Amazon citó, la Federación Nacional de Minoristas, envió una carta a los legisladores el viernes solicitando una investigación a la decisión del consejero general de la NLRB de presentar una demanda en un tribunal federal en busca de una orden judicial para reintegrar a un activista que los fiscales alegaron que fue despedido ilegalmente del almacén. Amazon ha negado haber actuado mal. La carta argumentaba que el momento de la demanda "da la apariencia de un intento de influir en el resultado" de las elecciones.
Golpe a los gigantes
Los expertos laborales esperan que la victoria en Nueva York galvanice a los activistas laborales y a los trabajadores de Amazon y de otros lugares.
"Esta es una enorme inyección de ánimo para todo el movimiento obrero", dijo Kate Bronfenbrenner, directora de investigación de educación laboral en la Universidad de Cornell. "Esto va a inspirar a los trabajadores, no sólo en todo EEUU. A los ojos de la gente, Amazon y Walmart son los mayores empleadores del sector privado que todo el mundo pensaba que no podían ser derrotados. Se toma a uno de los más grandes y se dice que se puede organizar a cualquiera".
Incluso antes de la sorpresa de Amazon, en los últimos meses hubo una serie de victorias en las elecciones sindicales de alto perfil entre el personal subcontratado de Google Fiber en Missouri, los empleados de ventas en REI en Nueva York, los trabajadores de tecnología en el New York Times y los baristas en los cafés de Starbucks en Nueva York, Arizona y la ciudad natal de la compañía en Seattle.
La historia del dirigente
Smalls, de 33 años, no ha establecido una agenda detallada, pero ha encuestado a los trabajadores para evaluar sus prioridades. Entre ellas figura: reponer los bonos mensuales de productividad que la compañía eliminó en 2018, permitir que los trabajadores por hora accedan a acciones de Amazon y aumentar el salario inicial a US$ 30 por hora en comparación con el promedio actual de US$ 18 por hora.
Smalls mantiene una confrontación con Amazon desde 2020, cuando trabajaba en las instalaciones de JFK8 en Staten Island. Ahí ayudó a organizar una huelga ante las denuncias de trabajadores enfermos y que presentaban síntomas de Covid-19. Amazon le dijo que se quedara en casa porque había estado en contacto con un colega infectado. Smalls se presentó a una manifestación y fue despedido, lo que le llevó a presentar una demanda alegando prejuicios raciales en los protocolos de seguridad de Covid de Amazon. Un juez desestimó el caso en febrero.
Las tensiones entre Smalls y Amazon llegaron a un punto álgido ese mismo mes, cuando fue detenido en el JFK8 y acusado de allanamiento, resistencia a la autoridad y obstrucción de la administración pública. La portavoz de Amazon, Kelly Nantel, dice que se llamó a la policía después de que se advirtiera a Smalls en múltiples ocasiones de que no se le permitía entrar en la propiedad de la empresa. Smalls dice que un juez aplazó el caso durante seis meses y desestimará los cargos siempre que no se le acuse de un delito durante ese tiempo.
"Digo lo que digo y eso es lo que me ha traído hasta aquí", dijo Smalls a Bloomberg.